Google
email me
Envía tu comentario
Arona 9 de Julio de 2008
El adiós a un amigo
Esto es lo que para aquellos que nos dedicamos a escribir
artículos en prensa, lo que nunca queremos pensar y menos
el tener que escribir uno en recuerdo de un amigo que
se ha ido. Nos ha transpuesto la noticia del fallecimiento de Gil Rubiales, Comisario Jefe Provincial del Cuerpo Nacional de Policía.

La rapidez que ha tenido su enfermedad ha hecho que en muy pocos meses Gil nos dejara. Pero Juan Antonio no desfalleció, desde el principio de su dolencia no abandonó su trabajo, estuvo en perpetuo servicio en su despacho de Robaina en donde a cualquier hora el Comisario estaba para atender a quien quería hablar con él. Todo un ejemplo de profesionalidad y de carisma personal es lo que nos ha dejado Juan Antonio Gil.

A sus amigos nos deja la tristeza de haber perdido a una gran persona, amigo de sus amigos, desprendido, nunca tuvo un no por respuesta, un excelente amigo que hace que nos sintamos apesadumbrados por la fatal perdida.

Gil Rubiales, estuvo de Comisario en Playa de las Américas y a su mandato como jefe de esa comisaría se le debe de la gran "limpieza" que efectuó en la zona con el logro de llevar a los mínimos la delincuencia en este Sur. Hombre al que rápidamente la sociedad sureña, la ciudadana y la política, le atribuyó el máximo respeto por el trabajo que desarrolló y que con él marcó un camino que siguieron todos los que después de él vinieron.

Siempre estaba perfectamente uniformado por el sentimiento que tenía a su uniforme, a lo que representaba y por la disciplina que tenía ante sus hombres y subordinados que siempre vieron en éL al jefe que sabía mandar, que sabía lo que hacía y de la forma que lo mandaba entraba en ese gran marco de servicio que ejerce la policía a la comunidad ciudadana.

Dentro del Cuerpo Nacional de Policía, deja muy buenos amigos de corazón, un vacío que quedará indemne por la trayectoria profesional en que ejecutó todas sus actuaciones. No hace muchos días tuve la suerte de estar con él, sabiendo que le quedaba poca vida seguía teniendo un jovial carácter y un férreo ademan de servicio para el Cuerpo y para la Comunidad.

Amigo Juan Antonio Gil, mi recuerdo sentido y mis oraciones dichas al hombre, al profesional y al amigo.
Hasta siempre Gil.

Salvador Barnes
barnespress5@hotmail.com