Google
email me
Manda tu comentario
Arona 17 de Octubre de 2007
Mentores del nacionalismo
Esto parece a una factoría de embutidos, nunca para el sinfín de
los "foets, y estos van saliendo sin parar para que el mercado
tenga la ración exuberante y exquisita de estos y otros embutidos.
Nuestra opinión es que se está abusando y mucho de apoyar a
la "chita callando" esos nacionalismo que muchos han salido como
todos estamos viendo, que entre ellos se repelen y se retroalimentan.

El tema es peliagudo y así no creo que se aguante mucho por la enorme crispación que tiene el sistema y por la continuación que presume esta nueva forma de entender la anormalidad del momento.
Dos presidentes, un jefe de la oposición con ideas de ser presidente y un batasuno, han estado avivando y jugando desde sus pupitres políticos esta fabrica de nacionalistas independentistas en la que hoy estamos "disfrutando". Aznar desde su segundo mandato fustigó todo lo que pudo y más a los nacionalistas periféricos, sin olvidar que algunos de esos grupos que con saña atacó le encumbraron en el sillón de la Presidencia en su primera etapa de gobierno. Le echó un puso al nacionalismo ampliando los símbolos de España como la bandera en algo desproporcional cuando se instaló en la Plaza de Colon de Madrid, en ese momento se apuntaron a la fiesta los independentistas que vieron en esa actuación   una forma de
colonialismo acentuado por un partido de derechas y  por parte del gobierno de Aznar.
En el tema de Zapatero, se le cita  por su mala gestión, desproporcionada cuando trató de pactar con los nacionalistas independentistas y violentos vascos, al tratar de unirlos a todos para así poder desfrutar de una paz que a todos les supo a quimera. La jugada le salió mal al presidente y así los radicales se envalentonaron y como mucha gente pronosticó se multiplicaron, llevando a una nada esta negociación, arremetiendo los violentos con actos de terrorismo por todos conocidos.
Y Rajoy que está muy convencido de que estará pronto en la Moncloa, sólo organiza y hace mítines apelando a la unidad de España y revindicando los símbolos patrios como réplica a la actitud socialista de Zapatero. Así que no es difícil de entender que ese radicalismo de nacionalistas también llamados españolistas se estén realimentando también de las soflamas que dictan unos y atacan a otros, cerrando de por si los extremos, sin llegar a saber las consecuencias que podrá llevar estas actuaciones.
Y para Ortega cada día se ahonda más el abismo de la incomprension, avivando más si cabe la intolerancia entre los que piensan y quieren convivir  desde sus propios puntos de mira y de sus propias identidades.

Salvador Barnes
barnespress5@hotmail.com