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Arona 1 de Mayo de 2008
Oiga, ¿no sabe quién soy?
Por eso siguen calentando la olla diciendo que cuando
uno deja la política, o mejor dicho le echan, debería
de haber un fondo corporativista económico para paliar
la nueva vida del antes omnipotente politicastro pisoteador de libertades y en una buena medida corrupto hasta las cejas.

Estas joyas de la corona al no sentir en sus posaderas ese calor que deja la poltrona y esa áurea que le invade su cuerpo antes del poder decaído y luego en la magnificencia del poder estirado y emulando a lo "Petronio", si, a ese hoy le vemos servil, educado, rampante, alfombra, riechistes, atento buscando solamente el favor de otros políticos en facultad de gobierno para que les atienda por el sólo hecho de que "hemos sido colegas en el mando".

Son como el perro del hortelano, ni comen ni dejan comer, una triste pero cruda realidad de ver a gente que hace pocos meses para verles y hablarles tenías que hacer cola. Antes veías al Papa que a un tipo de estos. Ya ven ahora tratan de meter la cabeza en donde se creen ellos que todavía pueden manipular algo, y si es la opinión de unos cuantos, pues mejor todavía. Pero como todo, la ignorancia es mucho más amplia en el que es un malvado.

Son personajes marcados con lápiz rojo por muchos y diferentes profesionales. Marcados por no atender en su momento problemas que acuciaban a un municipio, marcados por intentar hacer el "egipcio" ante empresarios limpios que no entraban a este juego, marcados por algunos periodistas que no se han dejado amilanar por sus veladas amenazas, marcados por sus malsentidos compañeros de partido porque han visto en estos personajes ese tufillo del traidor.

Como decía una estrofa de Don Juan Tenorio, " Yo que a los Palacios subí, y a las cabañas bajé". Estos tristes sudarios andantes se han quedado en las cabañas más profundas, ahora quieren emerger tratando de recuperar el mercado de la dignidad. Indignos, eso es lo que son, cuando uno de los políticos en gobierno me dijo “en qué profundidad han caído" comprendí la poca dignidad que tenían.

Si nos leen ya saben quienes son, por educación y ética profesional enmudecemos los nombres de estos "simplones" que no han merecido tener en sus manos el presente y futuro de todo un pueblo y de zonas.

Si desearíamos que en lo que quieran hacer, y es lo que están intentando, no lo contaminen y llegue a ser lo mismo que fue en el tiempo que se dedicaban a reventar al ciudadano.

Salvador Barnes
barnespress5@hotmail.com