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Arona 23 de Febrero de 2008
¡Dígame lo que quiere!
Al estar en el periodo más álgido de unas Elecciones Generales
de un país como el nuestro, que aunque tengamos un régimen
democrático totalmente fundido en la forma activa y pasiva
en la manera  de pensar del español, bueno será estar siempre
mimando el sistema que nos hemos impuesto y no caer en el pasotismo de que las cosas se arreglan solas o el pensar que todo está bien y que inventen los demás que para eso cobran.

Si pensamos así el recorrido puede ser muy vapuleado por los mismos que están siempre al "loro" de las circunstancias. En otros países democráticos en donde el Estado de Derecho funciona sin tener que estar cada día repitiéndolo a funcionarios, personal de confianza y "alfombristas" del que está en el poder las motivaciones personales o profesionales del que va a visitar, existe la coordinación que se tiene y que se cumple ya que la función del subordinado es hacer lo que se le mande. Aquí somos de otra pasta, antes de poder hablar con un Alcalde ( pongo por ejemplo) le tienes que contar la vida al funcionario de turno, que viene a ser persona de confianza. No creo que la confianza que le han dado a este subordinado llegue a tanto para saber todas las cuitas de lo que tenga que saber la personalidad a la que se va a visitar. Poco respeto a mi juicio es lo que demuestran estos "abnegados" al tener que enterarse de todo por todo y para todo lo de su superior, y que muchas veces no respetan la discreción a la que se deben y han estado cantando "la almeja" por sitios muy diferentes al sitio de trabajo que ocupa. Resultado, que todo quisqui sabe las cuitas del alcalde, concejal o presidente, es igual porque en todos estos Estamentos hay submarinos expectantes y preparados para soltar amarras y dejar como castizamente se dice "con el culo fuera" al superior que le dio el trabajo.

Nos es de extrañar que se vean cosas que sonrojan al ciudadano, y que como todos sabemos acaban frente a un tribunal. Dejan pasar a muchos intermediarios, consejeros, pelotas, limpia-chaquetas, sabelotodo, aduladores, cobistas, chaqueteros, rastreros, servilistas, babeantes, murmuradores, fisgones, buscavidas, oportunistas, pancistas, tiralevitas entre otras lindezas que se quedan en el tintero.

Elecciones sí, pero que también sepan filtrar a lo que tienen al lado, que al fin y al cabo la "cara" del Jefe es la que mancillan algunos de los " intocables subordinados, y claro luego el golpe no es para ellos. Esto es simplemente una reflexión escrita pero que muchos sabemos en dónde radica esta "fauna" que tanto perjudica a aquellos que pretenden seguir en la política, y que gracias a estos abnegados y probos empleados de "confianza" les restarán votos en cantidad en las próximas elecciones. Al tiempo nos remitimos.

Salvador Barnes
barnespress5@hotmail.com