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Arona 20 de Septiembre de 2007
Un ejemplo que vale para todos
La renovación de la junta directiva y presidencia de la AA.VV. de Las Galletas – Sol del Sur – ha puesto en evidencia una vez más lo que desde años estoy diciendo: la “politización” de las asociaciones de vecinos por parte de los políticos.
Es un cáncer el considerar como propiedad privada una agrupación de ciudadanos que ha creado situaciones medievales en todos los ayuntamientos tinerfeños.
El presidente saliente invitaba a la junta entrante que no utilice la política porque su trabajo no serviría para nada y se auguró que esta nueva directiva fuera solo la representación del pueblo. El presidente entrante con mucho fundamento afirmaba que una asociación politizada no es una asociación, sino más bien un partido político y así inició, por parte de los vecinos, la enumeración de cuantas personas encontraron un puesto de trabajo gracias a su vinculación con el grupo de gobierno.
Es a estas alturas que me sale a la mente aquel encuentro que tuvo lugar en la sede de la AA.VV. de La Postura. Un encuentro al cual se invitó a todos los representantes de la diversas AAVV de Adeje.
Con conocimiento de causa desde aquella reunión tuve la confirmación de que todas las AAVV adejeras están, de una forma u otra, bajo la estricta tutela del partido de gobierno. Y, si antes tenía algunas dudas acerca de este asunto, desde aquel momento obtuve la confirmación que directamente o de forma indirecta, para ser un apéndice política, obtenían ayuda.
Entonces a quién sirven estos instrumentos participativos sino lo de ser solo y únicamente un verdadero instrumento “caza votos”, como justamente denunciaban los compañeros de Las Galletas.
Ahora, en cumplimiento de la Ley 14/ del 1990 (con un retraso de 16 años) se ha creado en Adeje, un Registro Municipal de las Entidades Ciudadanas en la cual se deben inscribir todos los tipos de asociaciones. Y esto seguidamente a la petición de amparo del Defensor del Pueblo en la Cortes Generales que interpuso una asociación. Una asociación que desde su creación, ya son hace ochos años, sufrió una verdadera apartheid por querer ser independiente.
Este paso, es decir la aplicación con 16 años de retraso del Art. 166 que da al “Ayuntamiento el conocimiento de las existentes, sus objetivos y su representatividad, a fin de llevar a cabo una correcta política municipal de fomento de las mismas” podría enmascarar el riesgo de un posible, nuevo control sobre las diversas formas de asociacionismo.
Porque mediante la aplicación del Art. 169 de la misma Ley podría lograrse un condicionamiento aún más fuerte del anterior. En efecto es fácil teorizar esta posibilidad si observamos los derechos que tienen ahora las AAVV.
El recita “Artículo 169. Las entidades ciudadanas tendrán, en los términos establecidos en la legislación específica y en esta Ley, los siguientes derechos:
1. A recibir ayudas económicas y a usar los locales municipales de uso público, en función de su representatividad y actividad.
2. A ser informadas de los asuntos e iniciativas municipales que puedan ser de su interés, debiendo recibir notificación de las convocatorias y acuerdos que afecten a sus respectivas actividades o ámbito territorial.
3. A participar en los órganos municipales en los términos que se establece en esta Ley.
4. A acogerse a los derechos de propuesta, intervención y consulta popular.”
Es así que la dependencia da el poder político podría ser todavía más pesada y es por eso que se necesita la creación de una comisión independiente que actúe de forma imparcial y controle la gestión de este delicado sector de la vida pública.
El no conocimiento de esta Ley por parte de las diversas AAVV nos pone delante a interrogativos que no valoran las actividades y las funciones que deberían ser las características del asociacionismo vecinal. Por esto: ¿por qué se ha creado esta parte de la convivencia democrática?

Benito Capone
Presidente de la Asociación de Vecinos de Playa Paraíso