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Adeje 28 de Febrero de 2008
Que muera sansón con todos
los filisteos
Es una forma de hablar que nos llega de la antigüedad y que
constituye el mejor ejemplo de los que absurdamente están
pasando por el socialismo tinerfeño.

Según se relata el candidato número uno para las Cortes Señor Segura no está bien visto y aun menos considerado por la dirección insular del partido por haberse elegido de forma muy discutible y para nada agradecida por el mismo órgano insular.

Claramente la imposición de esta candidatura por parte de los órganos superiores del partido, como, por ejemplo, por el secretario general de Canarias, no es admisible porque hay que respetar siempre la voluntad popular, o mejor dicho, por el caso que nos toca, la voluntad de la base.

Podríamos decir que se está usando, si mal no recuerdo, la misma moneda que utilizó el secretario tinerfeño, cuando no aceptó las elecciones primarias en las elecciones del pasado año. No las aceptó porque al tanto de lo que pensaba la base en aquel momento. Una tendencia que no gustaba para nada al señor Fraga.

Podríamos decir que en este partido tutelado por un estatuto basado sobre la democracia interna, se sigue haciendo las cosas al gusto de unos cuantos mandones, todos, claro está, democráticos por los cuatros costados. Agregamos que el nombramiento del señor Segura, sin duda alguna, hará perder no pocos votos a los socialistas isleños, con buena paz y alegría de los demás concurrentes.   

Así, se dice, que todo quedará en las manos de los socialistas de Gran Canaria. Creo que este no sea el gran problema para el socialismo de Tenerife.  El verdadero problema para los socialistas tinerfeños es el propio secretario. El mismo día de su nombramiento a secretario insular he dicho, que los tinerfeños habían tomado la incomprensible decisión de poner una áspid, en el seno de su propia organización, al estilo Cleopatra. Al parecer los tiempos me han dado la razón, al ver a que bajo nivel ha caído esta organización.

No servía ser profeta. Era bastante haber vivido en Adeje y ver como se interpretaba, e interpreta, el socialismo. Lo define partido social democrático, pero de este socialismo democrático, como del socialismo “hold time”,  nada de nada.

La línea que ha consumado en su pueblo es la misma línea liberal católica que está intentando instaurar en la organización socialista tinerfeña.  Una línea que en las palabras dibuja, se define, como izquierda, aunque moderada;   una línea populista que mira a los más necesitados, a los obreros, cuando a todos los efectos las palabras sirven solo para enmascarar la falta total de democracia en su expresión más noble. 

Se dirá que al hablar de la política expresada por este político, replico una y otra vez siempre las mismas imputaciones. Me doy cuenta de esta ingrata, persistente, repetida denuncia. Pero es que este político no ofrece otra cosa, otra política. No ofrece alternativas porque sus maneras son vacías y ambiguas como son vacías y ambiguas sus raras declaraciones, que encarga siempre a terceros afines. 

Por ser vacías y ambiguas evita el confronto, el debate publico como el diablo evita el agua santa.   

En este momento en el cual, cualquiera organización, independientemente de quien aparece en esta u otra lista electoral, debería unirse como una piña dejando al mañana el proseguir de la lucha, para conseguir el interés del partido, se escuchan ordenes de no pegar, en el termino de Adeje, ningún cartel que se refiera a su ex gran amigo señor Segura. Parafraseando la historia antigua podríamos decir: muera Sansón y todos los socialistas.

La cosa es bastante clara: lo que se persigue en Tenerife, no es un buen resultado electoral, sino bien que determinada venganza se cumpla; que una determinada orientación política siga siendo sucumbiente a los objetivos e intereses personales de este secretario tinerfeño. Es el estilo de este secretario que intenta primar, así, gracias a amistades compradas, una orientación liberal cristiana.

Con esto no es mi interés defender al señor Segura, faltaría más. Es denunciar una vez más una insostenible adulteración de lo que era el socialismo y que podría ser la socialdemocracia.

Benito Capone