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Adeje 13 de Febrero de 2008
Llega, alarmante, el paro
Así es. Después que el INEM publicó los datos del desempleo,
el miedo que se disimulaba detrás de la última Diosa a morir,
la esperanza, se hizo dueña de la prensa afronte del significativo
silencio de los políticos y de las demás corporaciones empresariales.

Así es. Después que el INEM publicó los datos del desempleo, el miedo que se disimulaba detrás de la última Diosa a morir, la esperanza, se hizo dueña de la prensa afronte del significativo silencio de los políticos y de las demás corporaciones empresariales.

Son datos importantes que ya se veían llegar. Las señales eran bastante claras hasta para un ignorante en economía, como el que firma este artículo. El mal andar de la economía americana desembocada con la bajada de la Bolsa neoyorquina y que ha arrastrado consigo las finanzas del planeta, fue una de las más  recientes señales de lo que iba a pasar.

La continua subida del coste del petróleo ha portado al aumento del coste del dinero en la zona europea, empujando a la baja el poder adquisitivo de los ciudadanos, entre ello, el inicio de la caída temporal del mercado de la construcción. Desde aquí la fuerte reducción de los contratos de empleo y el aumento de la desocupación que es el dato más alarmante

Canarias está aislada geográficamente, pero no pueden estar aislada de la realidad económica internacional y aún más de la española. Si esta situación es bastante grave para los demás territorios, resulta de creces para Canarias, donde la nada buena situación del turismo, ha adelantado, respecto a otra economía,  la crisis del sector de la construcción y del inmobiliario con la suspensión de algunas obras y la desaparición de algunos intermediarios, muchos de ellos extranjeros.  

Mientras otros lugares tienen una economía diversificada con posibilidad de ulteriores recursos, todos sabemos que aquí, especialmente en el sur tinerfeño, las únicas actividades a la cuales se había volcado nuestros políticos, eran – y son – el turismo y, por consiguiente, la construcción. Dos ramas que son hoy responsables, en nuestra provincia, del número de parados que en enero, subió a un total de 64.611personas, con un incremento de 3.677 y un 6,03% más, respeto al anterior mese

Hay que observar un aspecto que habla por sí solo: Mientras en la península el PP, en su campaña electoral, exagerando más de lo necesario el alarmismo, intenta cargar al PSOE la responsabilidad de los acontecimientos, aquí en Canarias, ni el PP ni otro partido han salido a las primeras paginas de los diarios con comentos que resultarían cuanto menos temerarios, imprudentes.

En toda Canarias, no hay duda alguna: si algún partido político intentase cargar responsabilidades, asistiremos a un temible efecto boomerang. En Canarias y ciertamente en Tenerife, la historia nos dice que ninguno podría lanzar la primera piedra. Ni los políticos ni las asociaciones empresariales (Léase Hashotel). Todos, evidentemente, tienen la misma responsabilidad por esta situación tanto que no resulta anormal, hoy,  este hablante  silencio acerca de las crisis edilicia y la situación del paro.

Se consiguió implantar en la mente de los canarios la idea que la edilicia turístico-residencial fuera la única vía a seguir, hasta llegar a ser un habitual y justificante refrán. Tanto se radicó que denunciando esta desbordante situación a un amigo policía, este afirmaba que sin la construcción no se produciría la riqueza de la cual gozábamos. Es decir que para seguir con un bienestar deberíamos seguir edificando hasta el fin de los siglos.   

Bueno: aquella idea nos está pasando factura. Ciertamente existe un efecto y una consecuencia derivada de una situación internacional muy perniciosa, a la cual Canarias no puede sustraerse. Pero no nos escondemos detrás de esta situación globalizada, para eludir las responsabilidades que localmente hacen, y harán aun más duros, lo años a venir. Y esto aunque se consiga no aumentar el flujo turístico, sino bien mantenerlo a aquel 2,50% menos que hemos registrado a final de enero. 

Benito Capone