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Adeje 11 de Febrero de 2008
Aquí está la llave
No hay quien se salve. No sabemos con certeza si el sueldo
del alcalde de Arona supera o no supera, ni por cuánto, el sueldo
del presidente del Gobierno de España, como se ha publicado.
No es esta la cosa más trascendente.  Es ciertamente impactante
por la gente de a pie, la que no logra llegar al final del mes. Para los pensionistas que no llegan a los 400 euros.

A la luz de las noticias, esto de autorizarse una excesiva fortuna mensual, es una costumbre de todos los alcaldes, votados, claro está, al servicio del pueblo.

Para quien escribe estas líneas, estos exagerados sueldos, son simplemente el sueldo de la infamia. Es dinero de la traición. 

Y es escandaloso cuanto el sueldo percibido, afirmar, como se ha escrito, que el alcalde de Arona, Reverón, con su impresionante y degradante nómina, sea peor que el alcalde de Santiago del Teide, o  de Rodríguez Fraga en Adeje. Afirmarlo significa admitir  que sea solamente  la cantidad del dineral la que arrebate la inmoralidad de uno o del otro, en una especie de inaceptable clasificación  

Todos indistintamente, sin ninguna exoneración, han demostrado, e insensiblemente demuestran, una profunda, calculada, inexistente moralidad que, al faltarles, deberían dejar el cargo que revisten.

Es infamante porque quienes lo han hecho, han aprovechado sus posiciones de privilegio, ofendiendo, insultando sus administrados y es de traición para quienes han votados por estos fraudulentos embusteros.

Prevaricadores y patrañeros porque hay que preguntar, a esto modernos caciques, por qué no han tenido el valor de anunciar, de escribir con claridad, este aumento de sueldo en el curso de  la campaña electoral, y en sus programas.

No lo hicieron porque no solo han tenido la valentía de los cobardes de explicar lo injustificable y porque al decirlo antes, y no después, sabían de antemano que nunca habrían conseguido la elección. Ni ellos, ni los adeptos.

Y al no haberlo dicho antes demuestran que todo estaba bien calculado, predispuesto, fingido. Incluso las mentiras, las hipocresías con las cuales estaban pidiendo el voto a las personas. 

La gente así sin escrúpulos son personas que están siempre preparados para hacer las cosas de mala fe, a intrigar en beneficio de si mismos.

Además, como ha ocurrido en Adeje, tienen el morro de acusar a la oposición cuando asume las acusaciones de los miles de vecinos, e inculpan a quien denuncia y difunde este estado de cosas  de crear desconfianza en la población.

Ahora se entiende muy bien – aquí está la llave - porque no quieren abandonar el sillón. Ni interés del pueblo. Ni defensa de un ideal. Nada de nada: sólo provecho personal.  ¿Dónde encontraría un empleo, esta gente, donde resulte bastante con mentir para alcanzar uno mensuales rico, rico?

Y es aclarativo, muy explicativo que esta forma de operar se actúe allí donde un partido político tiene mayoría absoluta. Allí donde saben que nadie puede hacer nada para impedirlo, así que por cuatro años el bolsillo está lleno. Las mujeres, las familias no padecerán el hambre...

Es de urgencia revisar las leyes electorales y limitar la permanencia de una persona en un cargo público en no más de dos legislaturas. Vetar la suma de cargos dentro y fuera del partido político. Como se puede pensar que alguien pueda hacer mediocremente bien su trabajo en dos diferentes encargos. Al final no hará bien ni uno ni el otro.   Y, cosa muy importante validar una elección solo y cuando  hayan votado el 50 + 1 de los votantes con derecho al voto. Es un tentativo  para  evitar  la formación de mayoría absoluta, verdadero cáncer de la política y de la corrupción. 

Y por parte de los electores, variar sus votos, no votar por habitualidad. Votar por merecimiento. Es cuestión de madurez política.

Quién sabe si ahora que hablo “mal” de tres alcaldes y no de uno solo, alguien se pondrá “indignado” y, en su inexperiencia  política, me definirá, una vez más, maniaco enfermizo.

Benito Capone