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Arona 18 de Enero de 2008
Patria, patria chica y apátrida
Si damos por buena que una acertada definición del término patria es “el afecto y respecto que los ciudadanos comparten hacía su territorio común, sus símbolos y sus tradiciones” no estaría de más suponer que determinados ciudadanos del Estado español sienten una amorosa
atracción filial hacía su patria chica que no por ello tiene que ser excluyente  del aprecio y respeto hacía otros territorios, en mayor o menor medida, dependiendo de si se tienen vínculos filiales, culturales o de cualquier otro signo.

Que muchos ciudadanos se signifiquen como patriotas hacía el territorio común, sus símbolos y variopintos acervos culturales, tampoco les excluye del afecto hacía su propia patria chica. Podemos entender que por encima de la nacionalidades (sean o no históricas), o pareja a ellas, la plurinacionalidad es una forma de aprecio y respeto a todas las lenguas, manifestaciones culturales y tradiciones de los territorios que conforman el Estado sin excluir a ninguna y valorando lo que todas ellas tienen en común por historia, lengua o vicisitudes pasadas del conjunto de sus ciudadanos. Es decir, sentirse un poco o un mucho cercano a todas ellas ya que conforman una patria compartida que es y depende de todos. Que haciendo el gran esfuerzo, en muchos aspectos, esa plurinacionalidad nos propongamos como ciudadanos libres y afrontemos nuestro destino común para proyectarnos hacía el mundo.

Si lo antes dicho carece de valor sentimental, entendimiento o desidia al esfuerzo individual, estaríamos próximos al concepto de apátrida, que no es lo mismo que sentirse ciudadano del mundo, ya que estemos donde estemos, nuestra implicación es necesaria para mejorar nuestro entorno y de los  ciudadanos que lo comparten.  Y para acabar podemos hacer una última reflexión sobre la leyenda del escudo, a la vista de todos, de la más extensa comunidad dentro del territorio español: Andalucía por sí, para España y la Humanidad. A esto añadir lo que dice el ex  ministro de Trabajo Manuel Pimentel: pienso y SIENTO luego existo.  Sin rimbombancias, sólo reflexionar con mesura. 

Antonio Núñez-López
a.nunez.lopez@gmail.com