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Adeje 17 de Junio de 2008
El indignante retraso del hospital del sur 
El desembarco del presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, en el sur de Tenerife, anunciando el retraso de las obras del hospital del sur, ha puesto al descubierto las intenciones del ejecutivo en continuar fomentando la sanidad privada en detrimento del servicio público.

En otra incursión de iguales características en 1997, el entonces director del servicio canario de salud y posterior presidente del gobierno, Román Rodríguez, patentó la triste frase: “No se justifica la creación de un hospital en el sur”, apoyado por quien fuese su jefe político, el consejero de sanidad Julio Bonis, al afirmar que la posibilidad de construir un hospital en el sur es cero. 

El uno de diciembre de 1999 se incluye en el orden del día de la sección plenaria, del Parlamento de Canarias, el debate sobre al toma en consideración de la Iniciativa de Legislación Popular para la creación de un hospital público para el sur suroeste de Tenerife, siendo retirado a ultima hora, por una propuesta conjunta de los grupos parlamentarios de coalición canaria y partido popular, alegando una serie de cuestiones sin argumentos que dieron lugar a que se pospusiese al debate parlamentario del 12 de enero de 2000, aprobándose, en este segundo intento, por unanimidad su toma en consideración. 

El 28 de junio de 2000 el parlamento de canarias sepultó toda intención de que un hospital público en el sur de la isla, al aceptar las enmiendas presentadas al articulado de la I.L.P., decretando las leyes 3/2000 y 4/2000, que facultan la creación de centros sociosanitarios en el norte y sur de la isla, dejando a la ciudadanía de estas comarcas sin asistencia hospitalaria pública. 

En esta película terrorífica aparece en escena el presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, para decir que esta indignado en un acto de desesperación para ocultar su responsabilidad y alzarse en salvador de patrias, cuando ha sido su partido político quien más obstáculos ha puesto a la creación de un hospital público en el sur de la isla, cuando es el cabildo quien ejecuta las obras o, cuando ha sido C.C. quien ha escenificado el entendimiento político-empresarial, con la entrega del premio Canarias a quien se nutre del dinero público desviado de la sanidad pública. 

El aviso de que será para el año 2011 cuando finalicen las obras de eso que han venido a llamar hospital del sur, no es una novedad, son continuo los retrasos de estas instalaciones, como también es deficitario lo proyectado, porque las leyes 3 y 4 del año 2000 impiden que se hagan hospitales de calidad digna, sin que se haya visto que ningún político con representatividad institucional, ni ayuntamiento y, por supuesto el cabildo,  solicitar la derogación de estas normas legislativas.
 
Esta crónica perversa, malvada y pecaminosa hasta para los ateos, unida a los desvíos de dinero público hacia las arcas de la sanidad privada, incrementada en cada nuevo presupuesto anual del Gobierno de Canarias, nos explica el poder económico que llega a obtener la el empresariado sanitario, que ve peligrar su cuenta de resultados si el Gobierno hace lo que debe, implantar un sistema sanitario justo y digno para todos.

Toño Linares
Presidente de Tagoror Achinech