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                   Decía el señor Soria que la Administración canaria mantiene a mucho                            personal. En realidad tal y como funciona, a veces, nadie lo diría sino todo                      lo contrario, se diría que los administrados necesitamos mucho más personal que solucione nuestros problemas con la sanidad, la enseñanza, la seguridad, la puesta en marcha de proyectos privados que necesitan de permisos públicos… 

Decía el señor Soria que la Administración canaria mantiene a mucho personal. En realidad tal y como funciona, a veces, nadie lo diría sino todo lo contrario, se diría que los administrados necesitamos mucho más personal que solucione nuestros problemas con la sanidad, la enseñanza, la seguridad, la puesta en marcha de proyectos privados que necesitan de permisos públicos…  Más personal en las empresas públicas y administraciones  locales, insulares y autonómicas. A no ser que el personal empleado público no funcione en cuyo caso habría que aleccionarlo y en último caso, si no reacciona, despedirlo como en cualquier empresa privada. Vaya por delante mi más sinceras disculpa si mis palabras las leen probos empleados que trabajan con dedicación y esmero, que los hay y muchos.  Esto no va con ellos pero casi seguro que saben de lo que escribo. El que esto escribe tiene sensibilidad social y conoce el paño público.

Encima el costo es mucho: sueldos, retenciones por IRPF, gastos sociales, pluses, transporte, telefonía, absentismo laboral, prebendas a según que cargos, etcétera.  De una manera u otra el empleado usa los medios de que dispone para fines personales y salvo excepciones honrosas, con relativa frecuencia.  El señor Soria ha estado valiente en sus manifestaciones pero ante todo ha sido sincero. Hay que afrontar que ser personal a cargo de la Administración, cualquiera de ellas, no es un chollo vitalicio para obtener el sueldo potajero asegurado  y tener tiempo y medios para dedicarse a otros menesteres que complementen el sueldito. Hay un dicho del empleado público que cuando le apremian a que sea más eficiente contesta “total para lo que me pagan” a lo que contestamos todos “total para lo que haces”.

Esta es la pescadilla que se muerde la cola.  Por lo tanto habrá que darle al empleado un sueldo digno acorde a sus competencias, quehaceres y obligaciones pero también exigirle y ofrecerle capacitación, idoneidad para el puesto y dedicación a sus tareas. Quizás desde los puestos jerárquicos (cuyos responsables son los políticos que les dimos la confianza de nuestro voto) no sean capaces de transmitir al empleado el orgullo de trabajar con eficiencia para sus conciudadanos y saber explicar que a la postre redunda en el bien común. A lo peor pudiera ocurrir que en la nómina del servicio público se coloquen amigos, parientes, leales y afectos por afinidad de colores a los gobernantes, pese a que pueda resultar un gran gasto que además ralentiza la gestión y descorazona a la iniciativa privada del ciudadano emprendedor.

Sea como fuere al carro funcionarial también se quieren subir la mayoría de nuestros jóvenes, que nadie es bobo,  para asegurarse la vida y desde ahí conseguir otras metas.
En un reciente informe se dice del incremento del personal en todas las administraciones, excepto en la estatal. La proporción era que uno de cada cuatro trabajadores en activo está  empleado por las administraciones o empresas públicas. Si a esto le añadimos los parados, jubilados o inactivos por diversas causas (escolares, inmigrantes sin papeles, amas de casa, impedidos, etcétera) podemos pensar que hay sólo tres patas para sostener el banco y que éste aguanta mucho peso injustamente.
Alguien relevante tenía que decirlo y el señor Soria lo ha dicho. Ahora aplíquese a aligerar de peso la Administración canaria y hacerla más eficiente para el ciudadano. ¡Suerte!

Antonio Núñez-López
a.nunez.lopez@gmail.com

Arona 16 Enero de 2008
ADMINISTRACION CANARIA Y OTRAS.