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Canarias 21 de Noviembre de 2009
Aurelio Abreu asegura que la nueva Ley
de Extranjería evitará actuaciones como
las que protagonizó Soria cuando era alcalde de Las Palmas

El senador socialista por Tenerife, Aurelio Abreu, ha puesto en valor el carácter netamente progresista de la reforma de la Ley de Extranjería que el Pleno del Senado aprobó ayer, un texto que, según destaca el senador, “en ningún caso representa un cambio de rumbo en la política de inmigración del Gobierno”, y que era obligado tras el grave déficit democrático en que, en el año 2000, la mayoría absoluta del Partido Popular asumió a la Ley, “tal como ha dejado en evidencia el Tribunal Constitucional de manera reiterada, afectando gravemente al ejercicio de los derechos fundamentales e impidiendo la adecuada integración de los inmigrantes”.

Estos derechos, añade Abreu, ponente socialista en esta reforma, no se garantizaban en la anterior Ley y “mucho menos en Canarias”, en momentos de avalanchas de inmigrantes en las que “la masificación provocaba que a los 40 días deambularan por nuestras calles, sin ninguna legalidad, ni para la sociedad receptora ni para ellos mismos”.

En este punto, el senador tinerfeño recuerda lo que hizo el Partido Popular en Canarias, cuando el hoy Vicepresidente del Gobierno Regional, José Manuel Soria, era alcalde de Las Palmas y, con su mano ejecutora, “compró un billete, un pantalón vaquero y una camisa blanca a los inmigrantes para, a las 2.50 de la madrugada, meterlos en un avión y enviarlos a la península sin derecho al retorno ni a la libertad”.

A esa situación desgarradora para los inmigrantes como consecuencia de estar en la calle una y otra vez, se suma, según advierte el ponente socialista, el que se utilizaran las plazas no para la amistad ni para el calor de la razón, “sino para expulsarlos con mangueras de agua, que fue lo que hicieron en el Parque de Santa Catalina en la capital de la provincia. Y quiero decir, además, que la recepción que tuvieron esos inmigrantes en Madrid por el entonces Alcalde, Álvarez del Manzano, no fue la más calurosa ni la más solidaria que podía dárseles a esas personas”.

Tiene claro Abreu que esta no es la solidaridad que desean los socialistas para los inmigrantes. Al respecto, precisa que “los que hemos gestionado la ciudadanía desde el ámbito local, teniendo centros de inmigrantes en nuestro pueblo, siendo solidarios con quien más lo necesita, estamos seguros de que la reforma de la Ley aprobada garantizará que, dentro del marco de la política común europea de la inmigración, en cooperación con los países de origen y de forma coordinada con las administraciones públicas, no vuelvan a suceder los tristes acontecimientos de Canarias”.

Finalmente, Aurelio Abreu espera que la nueva Ley de Extranjería, que fue aprobada por 127 votos a favor (PSOE, algunos miembros de la Entesa, CiU, PNV, CC, BNG y UPN) y 126 en contra (PP y los senadores de la Entesa de ICV y ERC), sea capaz de conjugar el modelo de bienestar, el mercado de trabajo y sus necesidades, la dignidad de todas las personas y el disfrute de sus derechos, porque hay que construir espacios de convivencia y cohesión social. “Ciudadanía de todos, para todos y en todos los rincones de este país”, sentencia el senador.