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Adeje 21 de Noviembre de 2008
Las muertes de recién nacidos en África se reducirían a la mitad si quienes atienden
el parto se lavasen las manos
Foto: Dux Garuti
Se celebra en XXI Congreso de medicina Perinatal de la Sociedad Española de Ginecología en el hotel Gran Tacande, Adeje

Una acción aceptada en el Primer Mundo como lavarse las manos es uno de los factores determinantes en la muerte de los bebés que nacen en el continente africano, según el ginecólogo José María Carrera, Presidente de Matres Mundi, una organización no gubernamental  cuyo objetivo principal es tratar de mejorar la salud de las madres y los niños en los países en vías de desarrollo. Carrera participo en la segunda jornada del XXI Congreso de medicina Perinatal de la Sociedad Española de Ginecología con el propósito de sensibilizar a la clase médica sobre la situación de emergencia en lo que asistencia sanitaria básica se refiere que vive esta zona del mundo.

Para Carrera, las cifras de mortalidad materno infantil deberían hacerlos reflexionar y movernos a tomar cartas en el asunto. "La mortalidad materna es 200 veces mayor que en España", apunta este ginecólogo. De estas mujeres fallecidas "la mitad son del África Subsahariana", según José María Carrera. Y apunta otra cifra de mortalidad materna: "De las madres que mueren, el 99% los hacen en el Tercer Mundo y el 0,5 en los del Primer Mundo".Los datos de mortalidad infantil que presentó Carreras en el XXI Congreso de Medicina Perinatal no son mejores: "la mortalidad de los niños es 40 veces mayor en África que en España".

Las causas de la mortalidad materno infantil de África
Lo más sangrante de estas cifras, en opinión de este ginecólogo de amplia trayectoria asistencial, es que se deben a causas evitables. "Me refiero a que se deben a malnutrición y falta de vacunación". Según sus datos, cada cuatro segundos muere una persona a causa del hambre y, "entre ellos, 50.000 son niños. Se dice que no tiene solución pero no es así". En la guerra de Irak se gastan 200 billones de dólares al año, apunta Carrera, con esta cantidad de dinero "podíamos dar de comer a todos las personas necesitadas, atender las necesidades sanitarias (con 100 billones), vacunarles a todos (8 billones), preescolarizarlos (8 o 10 millones)".

Las causas de las altas cifras de mortalidad materno infantil, según el análisis de José María Carrera, hay que buscarlas en varios factores. En primer lugar la falta de médicos. En los países africanos tienen "un médico para 100.000 habitantes, mil menos que en nuestro país". Además los que había se han ido seducidos por las condiciones laborales y los incentivos de los países del primer mundo. Carrera presentó el dato de que en los últimos años se han marchado de Africa, 30.000 médicos de los que 20.000 se han ido a Europa y 10.000 a Estados Unidos. "Hay más médicos de Sierra Leona en Estados Unidos que en el propio país".

Otro factor determinante es la falta de vías de transporte que impiden una pronta atención en el parto. Las mujeres son cargadas en ambulancias improvisadas que son en realidad sus familiares que les cargan en los hombros. Además, hay una costumbre bastante acendrada de parir en las chozas por lo que se resisten a trasladarse a los hospitales. Los hospitales donde en la mayoría de los casos no hay luz y los techos son de paja y las paredes de chamizo no son ninguna garantía. Por eso en la mayoría de los casos dan a luz ayudadas por matronas improvisadas que son las "enteradas" de cada poblado. Hemos elaborado un libro con imágenes para explicar cómo se debe asistir. Si se lavasen las manos morirían la mitad de niños". Esto que parece tan sencillo en realidad es un mundo.

Contra las fístulas obstétricas
"En Matres Mundi hacemos lo que podemos y tenemos en marcha 65 proyectos de los que la mayoría se centran en el Congo, que es donde peor están las cosas", puntualiza José María Carrera. Pero digamos que el proyecto estrella que está teniendo muy buenos resultados son las operaciones de fístula obstétricas. Actualmente 3 millones de mujeres africanas lo padecen. Se produce ha consecuencia del parto, explica Carrera, "como la mayoría de ellas son muy jóvenes todavía no tienen la pelvis desarrollada y es demasiado estrecha para que el bebé salga sin problemas". El resultado es que, al intentar salir, presiona la vejiga hasta perforarla. La consecuencia es que las madres que lo padecen luego se orinan durante toda su vida. "Acaban siendo repudiadas por su pareja y sus familiares y abandonadas en una choza donde les dan comida hasta que fallecen", dice Carrera. Esta tragedia se soluciona con una sencilla operación.