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Canarias 25 de Junio de 2009
Agricultura expone sus actuaciones para controlar la expansión de nuevas plagas en el sector del tomate
Eliminar bien los restos de esta campaña es la mejor fórmula de prevención, pues evita que los insectos permanezcan en los suelos
La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación del Gobierno de Canarias, Pilar Merino, expuso ayer al Pleno del Parlamento de Canarias las actuaciones que se desarrollan en las Islas para controlar las plagas que actualmente afectan al sector del tomate, que en la actualidad son principalmente la mosca blanca y la tuta absoluta.
Merino destacó la importancia de contar con la colaboración del sector para la aplicación de medidas que permitan controlar la expansión de ambas plagas, muy especialmente de la tuta absoluta –conocida como polilla del tomate-, que si bien aún no ha causado grandes daños en las Islas, está originando importantes pérdidas en la Península.
Con la colaboración de las asociaciones de productores se han impartido numerosas charlas para todos los técnicos del sector tomatero, a quienes se han expuesto los trabajos realizados hasta la fecha y las posibles medidas a aplicar para contener el avance. La medida más efectiva es limpiar en profundidad los invernaderos ahora que la campaña ha concluido, puesto que la tuta se queda en el suelo de los mismos. De no ser así, los individuos adultos destrozan desde el principio las plantas pequeñas.
Se aconseja mantener los invernaderos en buen estado, comprobar los cerramientos de las cubiertas y ser sumamente escrupulosos con la limpieza de las explotaciones. Este tipo de prácticas culturales se completan con el control biológico a partir del uso de enemigos naturales que la Dirección General de Agricultura facilita de forma gratuita y permiten combatir la tuta sin el uso de productos fitosanitarios.
La tuta absoluta –polilla del tomate- se encuentra distribuida en todas las zonas de Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura, y ya antes de haberse detectado en las Islas esta plaga, la Consejería solicitó al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino la limitación a la entrada de tomates en rama en las Islas, que no fue estimada.
Se llama la atención respecto el uso racional de productos fitosanitarios, puesto que su eficacia depende de que la tuta no genere resistencia a los mismos. El mantenimiento de los invernaderos junto al control biológico, químico y biotecnológico se platea como la mejor fórmula para romper el ciclo de la plaga. La Consejería ha editado un tríptico con toda la información disponible y las medidas preventivas y de control.
Se trata de una plaga recientemente detectada en las Islas, en concreto en diciembre de 2008, pero desde el pasado año, la consejería tiene toda una red de trampas en todas las zonas tomateras para detectar la plaga precozmente, ya que se encuentra en todo el territorio nacional.
Ante estas primeras detecciones se han adoptado los medios necesarios para frenarla, intensificando la colocación de trampas de feromonas, distribuidas gratuitamente a los agricultores. Son cápsulas con un atrayente sexual para el insecto, que se pega a la misma. Se colocan a razón de dos trampas por hectárea de terreno y permiten detectar la presencia de la plaga.
Mosca blanca
Se han registrado dos especies de moscas blancas, la trialeurodes vaporariorum y la bemisia tabaco, cuyo principal problema fitosanitario reside en que transmiten virus como el de la cuchara a los que el tomate presenta muy baja tolerancia. Está en marcha el Plan Integral para el control de insectos vectores de virus en el cultivo del tomate en Canarias, puesto en marcha en la campaña 2005/2006, con un presupuesto para la campaña actual de 600.000 euros y de 800.000 para la próxima.
Este Plan cuenta con la participación de la Dirección General de Agricultura y el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), que están desarrollando un amplio programa de actuaciones que abarca el seguimiento de las zonas afectadas y evaluación de daños y suelta de enemigos naturales.
El Plan recoge el uso de métodos químicos y control biológico a través de sueltas de enemigos naturales y uso de variedades tolerantes a los virus. Además, se propone el empleo de métodos físicos relacionados con el mantenimiento en correcto estado de las instalaciones y el seguimiento del catálogo de buenas prácticas culturales.
Esto determina el uso de mallas resistentes en los invernaderos, con uso de dobles puertas y placas cromatrópicas, así como la eliminación de malas hierbas y, muy especialmente, evitar abandonar los cultivos al finalizar la campaña, cuyos restos habrán de ser arrancados y enviados a vertederos autorizados.
Por su parte, el Departamento de Protección Vegetal del ICIA ha desarrollado actuaciones punteras en España, y uno de sus investigadores, Aurelio Carnero, coordina la Red Temática Española de Mosca Blanca y Virosis, que cuenta con la participación de 67 investigadores de 31 entidades de todo el país.
